Hoy me acabo de enterar que han despedido a un amigo mío. La crisis se acerca peligrosamente.
Ya en mi empresa intentaron reducir el equipo drásticamente y al final se pudo contener el recorte, por ahora... 
Muchas veces nos quejamos de vicio de nuestro trabajo sin darnos cuenta que en los momentos que vivimos, con el nivel de vida que llevamos dependemos continuamente de un aporte de dinero que permita pagar facturas, letras, algún que otro capricho... y que nos dé cierta estabilidad a medio-largo plazo.
Afortunadamente me voy escapando (toco madera) de la criba y disfruto de mi trabajo. En ese sentido me siento un especimen raro cuando afirmo que me gusta mi trabajo. No tiene nada que ver con lo que estudié pero no me importa. Supongo que tengo facilidad para adaptarme al mercado e intento sacar lo mejor de cada situación. Tal vez sea ese el secreto de mantenerme activo?
Hace tiempo, cuando abrí el blog puse una entrada titulada "Los Pilares de la empresa" donde comentaba que el recurso más valioso de una empresa son sus empleados. Curiosamente mi anterior empresa no pensaba igual y me dejó marchar y aunque mi actual empresa tampoco valore como se debe a sus empleados tengo la suerte de ser medio-jefe, y dentro de mis posibilidades intento que las personas que están a mi cargo se sientan valoradas en su justa medida. En este punto he de aclarar que trabajo en una consultora y es ésta la que no valora a sus empleados. En cambio tengo la suerte de estar destinado en un proyecto de mantenimiento en un cliente en el que me siento como en casa. Supongo que es el síndrome del consultor, que se siente más identificado con el cliente en el que trabaja (mucho tiempo) que con la empresa a la que pertenece...
Y por hoy termino mi entrada, que llevaba un retraso de años...
Espero no tardar otro año en escribir otra entrada.
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